PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE UN TEST PSICOMÉTRICO

PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE UN TEST PSICOMÉTRICO 


Redacción y Análisis de Ítems

En el artículo que se desarrolla a continuación se se tratará de  describir el proceso natural que se sigue en la construcción de un test, y que básicamente se resume en las siguientes fases:
1. Definición del constructo.
2. Construcción del test provisional.
3. Aplicación a una muestra.
4. Análisis de ítems.
5. Estudio de la fiabilidad del test.
6. Estudio de la validez del test.
7. Baremación.
Las cuatro primeras fases se refieren a ciertas estrategias lógicas (algunas con cierto fundamento estadístico) que conducen a seleccionar la forma y contenidos más apropiados del test. Las fases 5 y 6 resultan fundamentales, dado que se refieren a la comprobación empírica de las garantías psicométricas que la prueba manifiesta como instrumento de medición. Básicamente, estas garantías se refieren a su precisión (fiabilidad) y a la comprobación práctica del contenido auténtico que se está evaluando (validez).
Por lo tanto la denominada Teoría Clásica de los Tests, cuya descripción es parte fundamental de estos procesos, permite abordar estos problemas con cierto rigor. Una vez que se disponga de la versión definitiva del test, aplicada a una muestra representativa de la población de personas a la que va dirigido, se procede a la fase de baremación, que sirve para interpretar una puntuación concreta en relación con las que obtiene la muestra seleccionada.
Siguiendo pues la secuencia lógica del proceso, posteriormente se intentará introducir al lector en los fundamentos de la Teoría de la Respuesta al Ítem, y será entonces cuando se comentarán las diferencias principales entre ambas aproximaciones.
Esta secuencia contiene una breve descripción de los principales contenidos teóricos, muy básicos, de Psicometría. Además se ilustran con actividades prácticas donde se debe analizar un test de rendimiento óptimo y elaborar un test de rendimiento típico, para lo cual el lector debe seguir los pasos indicados previamente.

Definición del constructo

Mientras que la mayoría de los atributos físicos (altura, peso, etc. ...) resultan directamente medibles, los atributos (constructos o rasgos) psicosociales resultan ser conceptualizaciones teóricas que no son accesibles a la medición directa y para los que no existen "metros" o "balanzas" diseñados para medirlos de manera precisa.
Así; la actitud hacia el aborto, el nivel de cohesión grupal, el grado de extroversión, el cociente intelectual, la postura hacia el consumo de drogas, el grado de liderazgo, la inseguridad, la satisfacción, el nivel de acuerdo con ciertas opiniones, etc., todos ellos son constructos que deben medirse mediante instrumentos específicamente diseñados: los tests, cuestionarios o inventarios.
Nadie dudaría de que una cinta métrica bien diseñada mide longitud y que lo hace de manera precisa, pero la bondad y la precisión de un cuestionario no se puede presuponer; más bien son una cuestión de grado y siempre susceptibles de mejora.
En definitiva, un cuestionario está formado por una serie de elementos o ítems (elementos, reactivos, preguntas, cuestiones, situaciones análogas, etc) a los que cada individuo debe responder. Después de cuantificar las respuestas de una persona a los elementos del cuestionario, se pretende asignar una puntuación  (a veces varias) a esa persona respecto al constructo o atributo que se pretende medir con el cuestionario, una puntuación que debería indicar el grado en que la persona participa del atributo, constructo o rasgo a evaluar.
Entonces lo que se enfrenta es un proceso de medición indirecta que incluye la misma construcción del instrumento de medida, proceso que se inicia con la definición clara del constructo a evaluar.
En consecuencia el primer paso consiste en proporcionar una definición operacional del constructo o rasgo que se pretende medir. Por ejemplo, si se habla de dogmatismo, deben establecerse los diversos componentes o manifestaciones del mismo: dogmatismo ante la política, ante la educación de los hijos, ante la religión, en las relaciones familiares,... Muy relacionada con esta definición operativa es la cuestión del establecimiento de los objetivos que se pretenden conseguir con el cuestionario.
También es necesario especificar el tipo de población al que va a aplicarse la prueba y las decisiones que se pretenden tomar a partir de las puntuaciones que ofrezca. Resulta muy diferente, y determinará su contenido, que un test de inteligencia se vaya a aplicar a personas de la población general o a personas con problemas intelectuales. Un cuestionario de depresión puede utilizarse con fines científicos en una investigación o para decidir el ingreso en un centro psiquiátrico de personas con problemas depresivos.

Qué es un constructo

Un constructo  es un concepto.  Sin embargo, tienen un sentido adicional, el de haber  sido inventado  o adoptado de manera deliberada y consciente para un propósito científico   especial.  “Inteligencia”, es un concepto, una abstracción de  la observación  de conductas   consideradas como supuestamente inteligentes o no inteligentes. Pero, como constructo  científico, “inteligencia”  puede  significar  más  y  menos  de  lo  que  puede  significar  como  concepto.  Esto quiere  decir que los científicos lo usan de manera consciente y sistemática en dos sentidos. Por un lado el constructo forma parte de los esquemas teóricos y está relacionado de varias maneras con otros constructos. 
Por ejemplo, puede decirse que el aprovechamiento escolar es en parte una función de la inteligencia y la motivación.  Por otro lado, la “inteligencia”, es tan definida y específica que puede ser observada y medida.  Se pueden hacer observaciones  de la inteligencia de los   niños, administrándoles una  prueba de inteligencia X o preguntar a las  maestras acerca del  grado de inteligencia relativo de sus alumnos.
Un constructo es una construcción teórica que se desarrolla para resolver un cierto problema científico. Para la epistemología, se trata de un objeto conceptual o ideal que implica una clase de equivalencia con procesos cerebrales. El constructo está más allá del proceso mental concreto que se conoce como ideación y del proceso físico y social que implica la comunicación. Por eso algunas ciencias, como la matemática, consideran a los constructos como objetos autónomos, aún cuando no tengan existencia real.
Para la psicología, un constructo es una categoría descriptiva bipolar que permite a cada individuo organizar las experiencias y los datos de la realidad. El constructo puede entenderse como una entidad hipotética que resulta difícil de definir en el marco de una teoría científica.
El constructo psicológico, por lo tanto, es una etiqueta verbal que discrimina entre elementos de acuerdo a la característica que abstrae (frío/caliente, bueno/malo, nuevo/viejo, etc.).

Construcción Provisional del Cuestionario(test)

De la definición operacional del constructo y de la delimitación de sus componentes se debe llegar a establecer un conjunto de elementos o ítems (frases, preguntas, situaciones análogas, tareas, etc.) que representen estos componentes, o mejor, las conductas mediante las que se manifiestan los diversos componentes del constructo.
Si, por ejemplo, se pretende evaluar la tolerancia hacia los grupos marginales, un ítem podría ser el siguiente:
“Deberíamos facilitar la integración de los extranjeros en nuestro país”
Parece razonable suponer que una persona tolerante estaría de acuerdo con esta afirmación, mientras que otra intolerante estaría en desacuerdo.
En relación con la construcción de los ítems existen dos temas importantes a tener en cuenta: el formato de respuesta y las normas de redacción de los ítems que se abordan a continuación
En consecuencia con la construcción de los ítems existen dos temas importantes a tener en cuenta: el formato de respuesta y las normas de redacción de los ítems.  

Si requiere del procesamiento, análisis e interpretación estadística de test psicométrico o cualquier otro tipo de cuestionarios de investigación científica, nos ponemos a la orden a través de asesoriatesis60.gmail.com
 

Formato de respuesta

En primer lugar se debe considerar que en un tests de rendimiento óptimo (pruebas de rendimiento y de inteligencia) se pretende medir el rendimiento máximo al que llega cada persona o individuo ante una serie de preguntas o tareas. Usualmente, el formato de respuesta de estos ítems se ajusta a uno de los tres formatos siguientes:
1.- Elección binaria: De dos opciones posibles de respuesta, se elige la que se considera correcta o adecuada a sus conocimiento (Sí o No; verdadero-falso, Acuerdo-Desacuerdo, Encendido-Apagado, etc.).
Por ejemplo, un ítem de un test de rendimiento en Historia Moderna puede ser: "Simón Bolívar murió en Colombia" Verdadero ___ Falso ___
La elección binaria también es llamada dicotómica por tener solo dos opciones de respuesta
2.- Elección múltiple: Entre más de dos alternativas se elige la que se considera correcta. Es sin duda el formato de respuesta más utilizado, entre otras por razones de objetividad y otras de tipo operativo.
Por ejemplo, un ítem de un test de aptitud verbal puede ser:
"Automóvil es a volante como bicicleta es a ....”
a) Pedal
b) Sillín
c) Manubrio
d) Parrilla
3.- Emparejamiento o pareo: Consiste en encontrar las parejas entre dos conjuntos de conceptos. Por ejemplo, un ítem de un cuestionario sobre conocimientos de geográfica de Venezuela:
"Enlace mediante una línea la ciudad capital de cada estado de Venezuela que se le presenta"
Mediante las pruebas de rendimiento típico se quiere reflejar el comportamiento ordinario de las personas, no teniendo sentido el concepto de rendimiento máximo dado que el objeto de la evaluación es algún tipo de opinión, actitud o rasgo de personalidad.
El formato de respuesta de los cuestionarios de rendimiento típico se ajusta a alguno de los siguientes:
4.- Opción binaria: La persona debe manifestar si está de acuerdo o en desacuerdo con una afirmación. Por ejemplo, un ítem de un cuestionario sobre la actitud de los padres hacia los profesores de sus hijos puede ser:
"En realidad, los profesores en el colegio hacen poco más que cuidar a nuestros hijos cuando nosotros trabajamos"
Acuerdo ___  Desacuerdo ___
5.- Categorías ordenadas: El formato establece un continuo ordinal de más de dos categorías, que permite a la persona matizar mejor su respuesta. Normalmente, este continuo está formado por 5 ó 7 categorías ordenadas, con una categoría central para indicar la valencia neutra y a partir de la cual posicionarse en uno u otro sentido. Por ejemplo, un ítem sobre la actitud de los adolescentes hacia el consumo de drogas, podría ser el que sigue:
"Las drogas pueden realmente resolver problemas de uno mismo"
___ Muy en Desacuerdo
___ Bastante en Desacuerdo
___ Ni de Acuerdo/Ni en Desacuerdo
___ Bastante de Acuerdo
___ Muy de Acuerdo
A veces, se establecen nominalmente los dos extremos del continuo, dejando señaladas las restantes categorías del mismo:
Muy en Desacuerdo  ____ ____ ____ ____ ____ Muy de Acuerdo
O se ordenan numéricamente las categorías sucesivas:
1            2          3          4          5          6          7
6.- Adjetivos bipolares: Este formato es típico de lo que se denomina "diferencial semántico", un instrumento formado por pares de adjetivos opuestos, cada uno de los cuales representa un continuo bipolar con varias categorías, y que permite estudiar el significado semántico que se atribuye a determinados constructos, personas o instituciones.
Por ejemplo de Adjetivos bipolares:
Nótese que en el ejemplo se utiliza una escala del -2 al 2, pero el investigador puede utilizar la escala que crea más conveniente y ordenar los atributos en orden inverso, los positivos a la izquierda y los negativos a la derecha. En la etapa de Definición del Constructo que previamente realizó se formará la idea de la escala y la forma más conveniente de utilizarla y si es conveniente o no presentarla en el test que se aplicará.
Tanto en casos como de adjetivos bipolares como en los anteriormente descritos las escalas cuantitativas puede estar presentes en el test o pueden estar oculta y serás solamente conocidas por quienes realizan el procesamiento de los datos.
  

Redacción de ítems

Algunas de las recomendaciones generales en la redacción de ítems en pruebas de rendimiento óptimo son las siguientes:
- La idea principal del ítem debe estar en el enunciado. Evitar inclir más de una idea en un ítem
- Simplicidad en el enunciado. El enunciado debe ser tan sencillo que cualquier persona pueda comprenderlo, la redacción debe estar al nivel de la población objeto de estudio
- Evitar los conocimientos excesivamente triviales o excesivamente “rebuscados”. La sencillez es la consigna
Evitar dar información irrelevante en el enunciado.
- Evitar dar indicios sobre la solución. No redactar el enunciado de manera tendenciosa, asomando la respuesta que se desea obtener por parte del investigador. La objetividad es la premisa
- Evitar cuestiones sobre opiniones. Se requieren hallazgos objetivos no opiniones
- No encadenar unos ítems con otros. Cada enunciado un ítem, cada ítem un objetivo claro independiente del resto de los ítems
- Anticipar la dificultad e incluir preguntas de todo rango de dificultad (casi siempre conviene más preguntas de dificultad media). No perder de vista la población objetivo a la cual se destina el test
- La dificultad no debe estar en la comprensión del ítem.
- Minimizar el tiempo de lectura. Brevedad del enunciado, las opciones de respuesta deben ser una palabra o frase muy corta
- Evitar el uso de negaciones (si se incluyen, subrayarlas), errores gramaticales y ortográficos. Revisar varias veces la redacción y someter a prueba con personas ajenas a la investigación
En cuanto al número de opciones, con dos distractores es suficiente; pero si la prueba es corta, es necesario un mayor número de distractores para evitar los efectos de los aciertos aleatorios. Todos los distractores deben ser de longitud y lenguaje parecidos y también se deben evitar los solapamientos entre ellos. Por supuesto, se deben evitar los llamados “ítems defectuosos” que son aquellos ítems con más de una respuesta correcta; aunque parezca absurdo son errores que se siguen cometiendo con excesiva frecuencia. Por otro lado, se deben evitar las opciones del tipo “no lo sé”, “todas las anteriores son correctas” o “ninguna de las anteriores es correcta”; así como balancear la posición de la opción correcta en las diferentes preguntas para que no se sitúe siempre en la misma opción.
En las pruebas de rendimiento óptimo es muy importante tener en cuenta la dificultad existente en crear las alternativas incorrectas, dado que no deben ser posibilidades absurdas de respuesta que se puedan eliminar con cierto grado de sentido común. Bien al contrario, esas alternativas no ciertas deben ser elegidas entre los errores o confusiones que usualmente tienen las personas que no conocen la respuesta correcta de la pregunta en cuestión. Deben estar escritas en lenguaje técnico y ser plausibles para quien no conoce la respuesta, evitando en todo momento alternativas “graciosas” u otras que no serían elegidas por nadie.
Otra buena recomendación en este sentido sería el uso de alternativas de respuesta que son verdaderas para otras preguntas incluidas en el cuestionario. Desde luego, el establecimiento de alternativas múltiples exige un claro conocimiento tanto del contenido a evaluar como de las personas a las que va dirigida la prueba. Una reciente revisión de las orientaciones a seguir a la hora de escribir ítems de opción múltiple se encuentra en Haladyna, Downing y Rodríguez (2002).

Otras recomendaciones a tener presente en las pruebas de rendimiento óptimo

Otras recomendaciones a tener presente en las pruebas de rendimiento óptimo son:
- El número de preguntas debe ser proporcional a la importancia dada a cada tema.
- Corregir los aciertos obtenidos por azar.
- Cuantos más ítems, mejor.
Respecto a la manera de formular las cuestiones en tests de rendimiento típico (declaraciones o afirmaciones ante las cuales se debe opinar), se han propuesto algunas sugerencias que pueden ayudar a su correcta redacción:
- Utilizar el tiempo presente.
- Deben ser “relevantes”, en el sentido de que su contenido debe relacionarse claramente con el rasgo.
- Contenido claro, evitando excesiva generalidad. Frases cortas, simples e inteligibles.
Evitar incluir dos contenidos en un ítem.
- Tener en cuenta que lo que se dice en la declaración pueda ser asumido por alguien, y no por todos.
- En escalas de actitudes, no plantear la existencia o no de hechos, sino el posicionamiento personal sobre la afirmación. Redactar ítems que discriminen entre los de actitud positiva y los de actitud negativa.
- Para minimizar la aquiescencia (tendencia a responder afirmativamente, independientemente del contenido por el que se pregunta) conviene redactar ítems de modo directo e inverso (declaraciones tanto en sentido positivo como en sentido negativo). A posteriori, se puede comprobar cómo una persona ha respondido a los ítems directos e inversos. También puede comprobarse que la correlación entre ambos tipos de ítems es alta.
- Evitar el uso dobles negaciones (no, ninguno, nunca,...) y de universales (todo, siempre, nada,...).
- En lo posible, aunque no es fácil, se debe minimizar la posibilidad de deseabilidad social (emitir respuestas socialmente aceptables para transmitir una imagen positiva). 
Puede deberse a varias cosas: desajuste psicológico, insinceridad consciente, el grado de deseabilidad social que manifiestan los ítems puede evaluarse mediante jueces, y comparar las respuestas de una persona con estas valoraciones. En tests de personalidad puede incluirse una escala de sinceridad.
El número de categorías que se suelen incluir en este tipo de ítems es usualmente de cinco ya que, a partir de ese número de categorías no mejoran las propiedades psicométricas de los ítems. Además, un número muy elevado de categorías (siete u ocho) lleva a inconsistencias en las respuestas, que es una fuente de error. Un número muy reducido (dos ó tres) lleva a poca discriminación (menor variabilidad) y a reducir la fiabilidad, aunque siempre puede compensarse con un mayor número de ítems. No obstante, en poblaciones especiales (niños, discapacitados, mayores y otros) se aconseja el uso de un menor número de categorías.
También se ha planteado en ítems de rendimiento típico (principalmente en escalas de actitudes o tests de personalidad donde no se pide el grado de frecuencia de un comportamiento) si es correcto o no la inclusión de una categoría central en las opciones de respuesta (“indiferente”, “neutral”, “dudo”, “no sé”. Podrían generar problemas ya que muchas veces son elegidas por aquellas personas que no se comprometen con lo que se les está preguntando, que el enunciado les resulta ambiguo o simplemente que ignoran el contenido del enunciado. En realidad, deberían ser seleccionadas por las personas auténticamente indecisas.
La investigación en este sentido no dice que los indicadores psicométricos de los ítems no se alteran mucho con o sin categoría central, cuando el número de categorías es mayor de tres. En todo caso, se puede comprobar si las personas con nivel medio en el total del test tienden a elegir más frecuentemente las categorías centrales.
Este tema se seguirá desarrollando y explicando en próximas entregas, por favor haga sus comentarios, críticas constructivas para mejorar este sitio de discusión y aprendizaje. Suscríbase al blog y comparta este contenido.
Para procesamiento, análisis e interpretación de test psicológicos y estudios cuantitativos puede contactarnos en el sitio asesoriatesis60.gmail.com
 

Cuantificación de las respuestas

Una vez establecido el formato de respuesta que se considera más apropiado para el caso, y de cara al estudio psicométrico de la prueba, es preciso decidir la manera de cuantificar los posibles resultados a las cuestiones. En general, para los ítems de cuestionarios de rendimiento óptimo se cuantificará con 1 el acierto y con 0 el error, de tal manera que la puntuación directa de un sujeto en un cuestionario determinado será igual al número de ítems que ese sujeto acierta.
La cuantificación de las respuestas a ítems de pruebas de rendimiento típico requiere ciertos matices. Dado un formato de respuesta determinado (opción binaria, categorías ordenadas o adjetivos bipolares) es necesario cuantificar las posibles respuestas a un ítem teniendo en cuenta que la alternativa con mayor valor sea la que indique mayor nivel de rasgo, aptitud y opinión.
Por ejemplo, para un ítem con formato de respuesta de opción binaria (acuerdo/desacuerdo) puede cuantificarse el acuerdo como 1 y el desacuerdo como 2, o viceversa. Depende de que el ítem esté planteado para medir de manera directa o inversa el constructo de interés. Estos pueden ser 2 ítems de un cuestionario de actitud ante al aborto voluntario:
Ítem A: "Abortar es matar".
De acuerdo (   ) En desacuerdo (   )
Ítem B: “El bienestar de la madre también importa”.
De acuerdo ( ) En desacuerdo ( )
En el ítem A, el acuerdo se puntuaría con 1 y el desacuerdo con 2, ya que estar en desacuerdo con esa afirmación indica una actitud más positiva hacia el aborto voluntario. En el ítem B, sin embargo, el acuerdo se puntuaría con 2 y el desacuerdo con 1, ya que estar de acuerdo con esa afirmación indica una actitud más positiva hacia el aborto.
Si el formato de respuesta es de “n” categorías ordenadas, las diversas categorías se cuantificarán normalmente desde 1 hasta n, teniendo en consideración (como en el caso anterior) la dirección de la afirmación o cuestión. Por ejemplo, para 5 categorías, las dos posibles cuantificaciones serán:
También se puede asignar el 0 a la categoría central, valores negativos a las categorías que se encuentran a la izquierda y positivos a las que se encuentran ubicada a la derecha.
En estos casos, la puntuación directa de un sujeto en un test (o subtest) resulta de sumar las cantidades asignadas por el constructor de la prueba a las diferentes respuestas que el sujeto ha emitido; según esto, convendría cuantificar las diversas alternativas con valores entre 1 y n para evitar una puntuación directa negativa.

Análisis de ítems

Los ítems o cuestiones se han formulado de manera lógica para que midan (y lo hagan bien) el constructo, variable, o rasgo que interesa evaluar con el cuestionario. Ahora bien, el grado en que cada ítem es un "buen medidor" del rasgo de interés es algo que se puede comprobar estadísticamente de manera sencilla si se obtienen tres indicadores para cada ítem:
a) El índice de dificultad.
b) El índice de homogeneidad.
c) El índice de validez.
Para ello, tras aplicar el cuestionario provisional a una muestra de sujetos representativa de la población a la que va dirigida la prueba (se aconseja entre 5 y 10 veces más sujetos que ítems), y una vez cuantificadas las respuestas de cada individuo, se forma una matriz de datos de sujetos x ítems:

Un elemento aij de esta matriz indica el valor asignado a la respuesta que da el sujeto i al ítem j. Sumando por filas pueden obtenerse las puntuaciones directas (X) de los sujetos en el total del test.
Véase cómo se obtienen (y qué sentido tiene su obtención) los tres índices citados anteriormente.

Índice de Dificultad

Este primer indicador sirve para cuantificar el grado de dificultad de cada cuestión, por lo que sólo tiene sentido su cálculo para ítems de tests de rendimiento óptimo.
El índice de dificultad de un ítem j se define como el cociente entre el Nº de sujetos que lo han acertado (Aj) y el Nº total de sujetos que lo han intentado resolver (Nj)
Atendiendo a la disposición de datos en la matriz expuesta más arriba, el índice de dificultad de un ítem (columna) j será el cociente entre el nº de unos y el total de unos y ceros que tiene la columna. Los sujetos que han omitido el ítem (no han contestado) no se contabilizan en Nj.
Ejemplo: Supongamos que la siguiente tabla recoge las respuestas de una muestra de 10 personas a un test formado por 6 ítems dicotómicos (1 indica acierto y 0 error):
Con estos resultados puede comprobarse varios aspectos de la interpretación de Dj:
- El valor mínimo que puede asumir Dj es 0 (ningún sujeto acierta el ítem) y el valor máximo 1 (todos los sujetos que lo intentan lo aciertan).
- A medida que Dj se acerca a 0 indica que el ítem ha resultado muy difícil; si se acerca a 1, que ha resultado muy fácil; y si se acerca a 0,5, que no ha resultado ni fácil ni difícil.
- Dj está relacionado con la varianza de los ítems: Si Dj es 0 ó 1, la varianza es igual a cero; a medida que Dj se acerca a 0,5, la varianza del ítem aumenta. De nada sirve un ítem con Dj = 0 o Dj = 1, ya que no discriminaría entre los diferentes sujetos (todos aciertan o todos fallan).
Al diseñar un cuestionario de rendimiento óptimo, al inicio se sitúan los ítems más fáciles (con mayor Dj); en la parte central, los de dificultad media (entre 0,30 y 0,70); y al final, los más difíciles (con menor Dj). El número de ítems de cada categoría de dificultad que deben incluirse en el test depende de los objetivos que quiera conseguir la persona que diseña el cuestionario. En general, la mayor parte de los ítems deben ser de dificultad media.

Índice de Homogeneidad

El índice de homogeneidad, llamado a veces índice de discriminación, de un ítem (Hj) se define como la correlación de Pearson entre las puntuaciones de los N sujetos en el ítem j y las puntuaciones X en el total del test:
Hj= rjx
Según la disposición de la matriz de datos, para obtener los Hj de los ítems, debemos calcular la Correlación Lineal entre las columnas j y la columna X de puntuaciones directas en la prueba.
Ejemplo: Supongamos un test formado por 3 ítems con formato de respuesta de categorías ordenadas, que se valoran entre 0 y 5. Después de aplicarse a un grupo de 5 sujetos se obtienen los siguientes datos:
Puede comprobarse que los índices de homogeneidad de los 3 elementos son:
H1= r1x= 0,75
H2= r2x= 0,94
H3= r3x= 0,86
El índice de homogeneidad de un ítem nos va a informar del grado en que dicho ítem está midiendo lo mismo que la prueba globalmente; es decir, del grado en que contribuye a la homogeneidad o consistencia interna del test. Los ítems con bajos índices de homogeneidad miden algo diferente a lo que refleja la prueba en su conjunto.
Si con el test se pretende evaluar un rasgo o constructo unitario, deberían eliminarse los que tienen un Hj próximo a cero.
En ocasiones, un test está formado por diferentes subtests con contenidos distintos. En este caso, los Hj deben obtenerse con relación a las puntuaciones directas del subtest concreto.
Cuando un Hj es negativo y alto, debemos cuestionar el sistema de cuantificación de las respuestas que se ha seguido en ese ítem. Si un ítem obtiene una Correlación Lineal negativa y alta con el total de la prueba, seguramente es debido a que se ha cuantificado erróneamente el ítem (se ha tomado como directo siendo inverso, o viceversa).
Cuando un test tiene un número pequeño de ítems, resulta más apropiado obtener el índice de homogeneidad corregido (rj,x-j). Consiste en correlacionar las puntuaciones en un ítem con las puntuaciones en el total del test después de restar de este total las puntuaciones del ítem cuyo índice queremos obtener. En el ejemplo precedente, el índice de homogeneidad corregido para el ítem 1 será 0.49, resultado de correlacionar la 1ª columna de la tabla (2, 3,
5, 0, 4) con la columna (10-2 = 8, 4-3 = 1, 14-5 = 9, 1-0 = 1, 7-4 = 3). Análogamente, los índices de homogeneidad corregidos para los ítems 2 y 3 son, respectivamente, 0,89 y 0,54.
Como resulta lógico suponer, el Hj corregido de un ítem suele ser inferior a su Hj sin corregir.
A estas alturas del contenido aquí presentado algunas personas pueden entrar en pánico por la cantidad de cálculos, matrices, coeficientes y cifras, sin embargo existen software de fácil acceso que realizan todos estos cálculos. En particular el autor de este artículo acostumbra utilizar para el Procesamiento de Datos Estadísticos el programa SPSS

Índice de Validez

Las puntuaciones de los N sujetos en un ítem j pueden correlacionarse también con las que estos sujetos obtienen en un criterio de validación externo al test (Y); esta Correlación Lineal define el índice de validez del ítem j:
Vj= rjy
El criterio de validación "Y" es una medida diferente del test para reflejar el mismo rasgo u otro muy relacionado, de tal manera que si el test mide lo que se pretende, debería correlacionar de forma elevada con el criterio. Por ejemplo, un criterio para validar un test de inteligencia verbal puede ser otro test que incluye cuestiones verbales; los supervisores de unos trabajadores podrían valorar el grado de motivación de cada uno y utilizar estas valoraciones como el criterio de validación de un test de motivación laboral; el total de ventas en pesetas que realizan los vendedores puede ser un buen criterio para validar un test de aptitud para la venta.
Supongamos que partimos de los datos del ejemplo precedente, y que conocemos las puntuaciones directas de las 5 personas en un criterio Y:
Sujeto: 1 2 3 4 5
Y: 5 3 6 0 6
Los índices de validez de los tres ítems serán:
V1= r1Y = 0,87
V2= r2Y = 0,88
V3= r3Y = 0,54
Los elementos que tengan una correlación con el criterio próxima a cero deberían eliminarse de la prueba, en la medida que no contribuyen a evaluar el rasgo que se pretende medir. Si lo que se pretende es seleccionar los ítems que más contribuyen a la validez del cuestionario, de entre los ítems de igual varianza, serían preferibles los que tienen alto Vj y bajo Hj.
Este tema se seguirá desarrollando y explicando en próximas entregas, por favor haga sus comentarios, críticas constructivas para mejorar este sitio de discusión y aprendizaje. Suscríbase al blog y comparta este contenido.
Para procesamiento, análisis e interpretación de test psicológicos y estudios cuantitativos puede contactarnos en el sitio asesoriatesis60.gmail.com
Hasta una próxima entrega.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES
Amón J. (1984). Estadística para psicólogos. Probabilidad. Estadística Inferencial. Volumen 2. 3ª edición. Madrid: Pirámide.
Hambleton R.K, Swaminathan H. y H.J. Rogers (1991). Fundamentals of Item Response Theory. MMSS volumen 2. Londres: Sage.
Hambleton R.K. y Swaminathan H. (1985). Item Response Theory: Principles and applications. Boston: Kluwer.
Kerlinger, F. (1988). Investigación del Comportamiento. Segunda Edición. México. Editorial  McGraw-Hill.
López Pina, José Antonio (1995). Teoría de la respuesta al ítem: fundamentos. Barcelona: PPU. Barcelona.
Muñiz Fernández J. (1997). Introducción a la Teoría de Respuesta a los Items. Madrid: Pirámide.
Olea, J. y Ponsoda, V. (2003). Tests adaptativos informatizados. Madrid: UNED Ediciones.
Olea, J., Ponsoda, V. y Prieto, G. (1997). Tests informatizados. Madrid: Pirámide.
Ponsoda V., Olea J. y Revuelta J. (1994). ADTEST: A computer adaptive test based on the maximum information principle. Educational and Psychological Measurement, 57, 2, 210-221.
Reckase M.D. (1979). Unifactor latent trait models applied to multi-factor tests: Results and implications. Journal of Educational Statistics, 4, 207-230.
Renom J. (1993). Tests adaptativos computerizados. Fundamentos y aplicaciones. Barcelona: PPU.

Comentarios