Cuando se asumen proyectos de
investigación que afecta a seres
humanos, donde los beneficiarios o quienes
experimentaran transformaciones ligadas al desarrollo del proyecto son seres
humanos lo ideal es que sea ese grupo humano, esa comunidad o centro
poblado, quien más se involucre en cada etapa de su desarrollo, desde el mismo planteamiento del problema,
que es su problema, hasta la ejecución y puesta
en marcha de la solución propuesta para la transformación positiva del entorno
cotidiano de la comunidad
En este contexto la investigación
se aborda bajo un nuevo paradigma, donde tanto el investigador social como la comunidad investigada se funden en
un solo ente investigativo para generar las soluciones y transformaciones
que le afecta en su vida diaria y a este nuevo paradigma se ha dado a llamar Investigación Acción Participativa (IAP)
la cual puede definirse como un proceso de búsqueda de conocimientos sociales y
prácticos, con participación de los grupos y de agentes externos (investigador
externo), que permite ligar la reflexión teórica con la práctica transformadora
de una determinada realidad, con
implicaciones ideológicas, teóricas y epistemológicas.
En esta síntesis se destacan dos lugares comunes: el referente al proceso de producción del conocimiento y el propósito transformador mediante la participación de los grupos. Estos lugares comunes debido a su naturaleza se tipifican
como epistemológicos-políticos y se constituyen en el eje de la reflexión
presentada en este trabajo.
IAP es la sigla de: Investigación - Acción - Participación
Es un enfoque investigativo y una
metodología de investigación, aplicada a estudios sobre realidades humanas.
Como enfoque se refiere a una orientación teórica (filosofía, marco teórico)
en torno a cómo investigar. Como metodología hace referencia a procedimientos
específicos para llevar adelante una investigación
- estudio
científico diferente a la investigación tradicional; es una
manera concreta de llevar adelante los pasos de la investigación científica de
acuerdo con su enfoque.
La novedad puede ubicarse en el sentido e implicación de las dos
palabras que acompañan la primera (investigación): Acción - Participación. No
es solo investigación, ni solo Investigación-Participativa, ni solo Investigación-Acción;
implica la presencia real, concreta y en interrelación de la Investigación, de
la Acción, y de la Participación.
Investigación Acción
Participativa (IAP) puede definirse como un proceso de búsqueda de conocimientos
sociales y prácticos, con participación de los grupos y de agentes externos, que permite ligar la reflexión teórica con la práctica transformadora
de una determinada realidad
Entonces viene a ser el método de investigación y aprendizaje colectivo
de la realidad, basado en un análisis crítico con la participación activa de
los grupos implicados, que se orienta a estimular la práctica transformadora y
el cambio social. El método de la Investigación-Acción Participación (IAP)
combina dos procesos, el de conocer y el de actuar, implicando en ambos a la
población cuya realidad se aborda.
El método de la investigación-acción participación (IAP) combina dos procesos,
el de conocer y el de actuar, implicando en ambos a la población cuya realidad
se aborda. Al igual que otros enfoques participativos, la IAP proporciona a las
comunidades y a las agencias de desarrollo un método para analizar y comprender
mejor la realidad de la población (sus problemas, necesidades, capacidades,
recursos), y permite planificar acciones y medidas para transformarla y
mejorarla. Es un proceso que combina la teoría y la praxis, y que posibilita el
aprendizaje, la toma de conciencia crítica de la población sobre su realidad,
su empoderamiento, el refuerzo y ampliación de sus redes sociales, su
movilización colectiva y su acción transformadora.
Componentes de un Proyecto IAP
En cada proyecto de IAP, sus tres componentes se combinan en
proporciones variables.
a) La investigación consiste
en un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y crítico que tiene por
finalidad estudiar algún aspecto de la realidad con una expresa finalidad
práctica.
b) La acción no sólo es la
finalidad última de la investigación, sino que ella misma representa una fuente
de conocimiento, al tiempo que la propia realización del estudio es en sí una
forma de intervención.
c) La participación
significa que en el proceso están involucrados no sólo los investigadores
profesionales, sino la comunidad destinataria del proyecto, que no son
considerados como simples objetos de investigación sino como sujetos activos
que contribuyen a conocer y transformar su propia realidad.
Finalidad de la IAP
La finalidad de la IAP es cambiar la realidad y afrontar los problemas
de una población a partir de sus recursos y participación, lo cual se plasma en
los siguientes objetivos concretos:
a. Generar un conocimiento liberador a partir del
propio conocimiento popular, que va explicitándose, creciendo y estructurándose
mediante el proceso de investigación llevado por la propia población y que los
investigadores simplemente facilitan aportando herramientas metodológicas.
b. Como consecuencia de ese conocimiento, dar lugar
a un proceso de empoderamiento o incremento del poder político (en un sentido
amplio) y al inicio o consolidación de una estrategia de acción para el cambio.
c. Conectar todo este proceso de conocimiento,
empoderamiento y acción a nivel local con otros similares en otros lugares, de
tal forma que se genere un entramado horizontal y vertical que permita la
ampliación del proceso y la transformación de la realidad social.
Fases de la IAP
En la IAP se siguen básicamente
cuatro fases, aunque no siempre se diferencian nítidamente unas de otras.
1. La observación participante, en la que el
investigador se involucra en la realidad que se estudiará, relacionándose con
sus actores y participando en sus procesos.
2. La investigación participativa, en la que se
diseña la investigación y se eligen sus métodos, basados en el trabajo colectivo,
la utilización de elementos de la cultura popular y la recuperación histórica.
El investigador presenta al grupo los diversos métodos disponibles para la
obtención de información, explicándoles su lógica, eficacia y limitaciones,
para que aquél los valore y elija con base en los recursos humanos y materiales
disponibles.
Para la recogida de información se usan técnicas como la observación de campo, la investigación en archivos y bibliotecas, las historias de vida, los cuestionarios, las entrevistas, etc.
La información es recogida, y luego sistematizada y analizada, por la propia comunidad, siendo el papel del investigador de mero facilitador.
Para la recogida de información se usan técnicas como la observación de campo, la investigación en archivos y bibliotecas, las historias de vida, los cuestionarios, las entrevistas, etc.
La información es recogida, y luego sistematizada y analizada, por la propia comunidad, siendo el papel del investigador de mero facilitador.
3. La acción participativa implica, primero,
transmitir la información obtenida al resto de la comunidad u otras organizaciones,
mediante reuniones, representaciones teatrales u otras técnicas, y, además, con
frecuencia, llevar a cabo acciones para transformar la realidad.
4. La evaluación, sea mediante los sistemas
ortodoxos en las ciencias sociales o simplemente estimando la efectividad de la
acción en cuanto a los cambios logrados, por ejemplo en cuanto al desarrollo de
nuevas actitudes, o la redefinición de los valores y objetivos del grupo
(Guzman et. al, 1994).
Origen y Evolución, la IAP
En cuanto a su origen y evolución, la
IAP surge en los años 70, en un clima de auge de las luchas populares y
ante el fracaso de los métodos clásicos
de investigación en el campo de la intervención
social. Sin embargo, sus precedentes se hallan en el concepto de “investigación-acción” acuñado por Kurt
Lewin en 1944, entendido como un proceso
participativo y democrático llevado a cabo con la propia población local,
de recogida de información, análisis, conceptualización, planificación,
ejecución y evaluación. Se trataba de una propuesta que rompía con el mito de
la investigación estática y defendía que el conocimiento se podía llevar a la
esfera de la práctica, que se podían lograr de forma simultánea avances
teóricos, concienciación y cambios sociales.
Estas formulaciones fueron retomadas a fines de los 60 en Latinoamérica,
por diferentes iniciativas y enfoques comprometidos en la lucha contra la
pobreza y la desigualdad social. Fue clave para ello el brasileño Paulo Freire y su obra La pedagogía de los oprimidos, de 1968, en la que argumenta que los pobres están capacitados para analizar
su propia realidad. En consecuencia, se asume que la identificación y
consolidación de los conocimientos y capacidades que poseen los pobres pueden
utilizarse como herramientas para su propio empoderamiento. Esta perspectiva
contribuyó a una reconceptualización del
Trabajo Social con los sectores vulnerables, así como a una expansión de la
educación
de adultos y la educación popular.
Posteriormente, en 1977,
varios enfoques partidarios de combinar la reflexión con la acción
transformadora confluyeron en el Simposio Mundial sobre el Investigación-Acción
y Análisis Científico celebrado en Cartagena (Colombia). Fue a partir de este
encuentro cuando comenzó el desarrollo de la IAP como una metodología de investigación participativa,
transformadora y comprometida con la praxis popular. Ahora bien, aunque el
carácter participativo estaba implícito en esas formulaciones, parece que no
fue hasta mediados de los 80’ cuando al concepto investigación-acción se le
añade el de “participación” y se utiliza claramente el término IAP.
La IAP ha contribuido al
desarrollo de diversos enfoques y corrientes que, a su vez, también le han
enriquecido a ella. A pesar de sus diferencias, su característica común es la
preocupación sobre la utilidad de la investigación para la mejora de la
realidad, y entre ellos destacan: los movimientos de renovación pedagógica, los
movimientos de educación popular, las nuevas concepciones de la educación, o
los movimientos de intervención comunitaria.
Una de sus principales contribuciones fue la realizada al desarrollo de
los movimientos populares de los años 80. La
IAP comenzó a ser utilizada no sólo para analizar problemas a pequeña
escala en zonas rurales, sino también otros más complejos como los problemas
urbanos y regionales, la salud pública o la historia del pueblo.
En el campo de la cooperación para el desarrollo, las técnicas de la IAP han sido aplicadas con éxito por ONG y otras agencias en campos como el cooperativismo, la extensión agraria y
la educación de adultos. En este
sentido, es importante destacar que la IAP
es uno de los métodos que han servido de base a la aparición y desarrollo de
otras metodologías participativas que cuentan con un creciente uso en el campo
de la cooperación, como son el Diagnóstico
Rural Participativo y el conjunto de los enfoques
participativos.
En los años 90, ha continuado utilizándose en el Norte en el
campo de la educación y de la intervención social con grupos de barrio,
inmigrantes, enfermos de SIDA, etc. Y, en el Sur, en muy diversos proyectos que
van desde el desarrollo local y la alfabetización, hasta la gestión colectiva
de cuencias hidrológicas. En todos esos ámbitos la IAP ha seguido
proporcionando explicaciones de la realidad en clave colectiva y sirviendo como
herramienta de acción transformadora.
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REERENCIAS
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